jueves, 5 de febrero de 2009

MILES DAVIS: A tribute to Jack Johnson/Un tributo a Jack Johnson


Jack Johnson by Miles Davis

The rise of Jack Johnson to World Heavyweight supremacy in 1908 was a signal for white envy to erupt. Can you get to that? And of course being born Black in America... we all know how that goes. The day before Johnson defended the title against Jim Flynn (1912) he received a note “Lie down tomorrow or we string you up – Ku Kux Klan.” Dig that!

Johnson portrayed Freedom – it rang just as loud as the bell proclaiming him Champion. He was a fast-living man; he liked women – lots of them and most of them white. He had flashy cars because that was his thing. That’s right, the big ones and the fast ones. He smoked cigars, drank only the best champagne and prized a 7 ft. bass fiddle on which he’d proudly thump jazz. His flamboyance was more than obvious. And no doubt mighty Whitey felt “No Black man should have all this.” But he did and he’d flaunt it. There wasn’t a “smile-smile chuggin’ along” implication in his broad grin that seemed to always be on his ebony face – in other words he was putting them on! What was a reality to Johnson was a living-color nightmare for the anti-Johnson Americans who couldn’t get ready for his “truly sophisticated attitude.” And the more they hated him, the more money he made, the more women he got and the more wine he drank. “Hate is the opposite of Love and both gain momentum.” He won all his fights, when he wanted and how he wanted – including “The Great White Hope” Jim Jeffries on July 4, 1910. On July 5th they got it on with a riot – that’s right, fire, at least ten dead, and the later (1911) Congressional law barring fight films from interstate commerce.

After his high society white wife committed suicide in a cafe he owned in Chicago, Johnson married another white woman – it was no coincidence. But one could question the frame-up he faced. I mean, Jack Johnson being convicted of violating the “White Slavery Act” and being sentenced to a year and a day imprisonment...But exiled to Paris with joy – and as usual “Very Grand.” It had to be Europe and they say he had a pet leopard he’d walk while drinking champagne with crowds following.

Dig this – The fight he lost (1915) in Havana was rumored to be thrown – Jack Johnson died like he lived – in a fast car (1946 – age 68).

The music on this album speaks for itself! But dig the guitar and the bass – They are “Far-in” – and so is the producer Teo Macero. He did it again!

Extracted from the album 'Miles Davis: A tribute to Jack Johnson.' Released by Columbia Records in 1971.


Jack Johnson por Miles Davis

El asalto de Jack Johnson a la supremacía mundial de los pesos pesados en 1908 fue la señal que encendió la envidia blanca. ¿Puedes creerlo? Y, por supuesto, el haber nacido negro en América... todos sabemos cómo funciona eso. El día antes de que Johnson defendiese el título contra Jim Flynn (1912) recibió una nota: “Déjate ganar mañana o te colgamos. Ku Kux Klan”. ¿Qué te parece?

Johnson representaba la libertad, ésta sonaba tan alto como la campana que le proclamaba campeón. Vivió deprisa; le gustaban las mujeres, muchas y las mayoría de ellas blancas. Tenía coches ostentosos porque eso era lo suyo. Eso es, los grandes y los veloces. Fumaba puros, bebía sólo el mejor champán y tenía mucho aprecio a un contrabajo de dos metros con el que tocaba jazz con orgullo. Su exuberancia era más que obvia. Y no hay duda de que el poderoso hombre blanco pensó: “Ningún hombre negro debería tener todo esto”. Pero él lo hacía y alardeaba de ello. No había una pose forzada en la amplia sonrisa que parecía exhibir siempre en su cara de ébano, en otras palabras, ¡les estaba tomando el pelo! Lo que era una realidad para Johnson era una pesadilla a todo color para los americanos contrarios a él que no podían soportar su “actitud genuinamente sofisticada”. Y cuanto más le odiaban, más dinero ganaba, más mujeres conseguía y más vino bebía. “El odio es lo contrario del amor y ambos cobran fuerza”. Ganó todas sus peleas, cuando quiso y como quiso, incluyendo a la “gran esperanza blanca”, Jim Jeffries, el 4 de julio de 1910. El 5 de julio calentaron el ambiente con un motín; así es, incendios, al menos diez muertos y la posterior ley del Congreso (1911) que prohibía el comercio interestatal de las películas de boxeo.

Después de que su mujer blanca de la alta sociedad se suicidara en un club de su propiedad en Chicago, Johnson se casó con otra mujer blanca; no era ninguna coincidencia. Pero uno podría poner en duda la trampa a la que se enfrentaba. Quiero decir, Jack Johnson declarado culpable de violar la “Ley contra la trata de blancas” y condenado a un año y un día de prisión... pero exiliado en París con júbilo y, como siempre, a lo grande. Tenía que ser Europa, y cuentan que tenía un leopardo como mascota al que sacaba a pasear, con las multitudes siguiéndoles, mientras bebía champán.

Fíjate, se rumoreaba que se dejó ganar en la pelea que perdió en La Habana en 1915. Jack Johnson murió como vivió: en un coche veloz (en 1946, a los 68 años).

¡La música de este álbum habla por sí misma! Pero fíjate en la guitarra y el bajo, ¡son la leche! Y también lo es el productor Teo Macero. ¡Lo ha vuelto a hacer!

Extraído del álbum 'Miles Davis: A tribute to Jack Johnson'. Editado por Columbia Records en 1971.